martes, 22 de julio de 2008

La cosa


No me pongo mis mejores zapatos los días de lluvia.
Las resacas duran (más).
Conjunto mejor la ropa.
Pago mis facturas.
El ministro de economía confía en mí.
Sé que arrancarte una cana no hace que te salgan siete (más).
Quiero un coche nuevo.
Chicas (más) jóvenes todavía me miran.
No soy yo, mi mujer también lo nota.
La cosa no va mal.
Tengo veintinueve años.
Todavía no cojo paraguas.

lunes, 7 de julio de 2008

Carlos dice


Desayuno.
Telediario de las siete.
Presuntos terroristas
de la red de Al-Quaeda
en España
detenidos en plena noche.

Uno de ellos tiene las manos en la espalda
mientras es esposado por la policía
todavía con pantalones de pijama
y con un jersey
igual que el último
que me he comprado
y que llevo puesto.
Mismo color, mismas rayas,
mismo todo.

Hace unos días,
el presunto terrorista y yo
estábamos frente al espejo,
medio posando,
con las manos en los bolsillos,
y luego pagando en caja,
doce euros,
jodidamente barato.

¿Qué significa esto?
Venga, dime qué significa.

Carlos dice
que lo del moro
con mi jersey
es un poema.

Melancólico miserere


No puedo mirar al horizonte
sin pensar en lo que dejo atrás.
Aun cuando conduzco hacia algún sitio
me secuestra la mirada algún rato
el paisaje del retrovisor.

No puedo evitarlo.
Debe ser
la melancolía
o la mala conciencia
o las dos a la vez, pero
¿por qué?


Es el empeño del capitán
el culpable de que se hunda la nave.

Segundas oportunidades

A veces el papel es
la segunda oportunidad
que no te da la vida,

pero muchas veces
tampoco el papel te da
una segunda oportunidad.