Dilatación

Las conversaciones banales de las enfermeras cazadas al vuelo 

te tranquilizan
como cuando las azafatas sacan el carrito del café
allá en medio del cielo.

La ginecóloga te administra certeramente 

la dosis de información necesaria
para anestesiar tus malos augurios
durante un rato, mas demasiado poco.

Sigues haciendo esa tontería infantil
de ponerte en lo peor
como si así te asegurases
de que algo no pudiera ocurrir.

El mayor regalo de tu vida
podría convertirse en un instante
en la peor de tus pesadillas.
Bienvenido un día más al casino de la existencia.

Viñeta nocturna

Estamos volviendo a casa
y voy conduciendo de noche
por una oscura carretera secundaria
lánguida y misteriosa.

Afuera es invierno
y nos sumergimos en la niebla
como quien entra en un mar gaseoso
de helada flora espectral.

Apenas hay luna
y el paisaje queda rápidamente
sumido en la sombra
que duerme al otro lado de los faros.

La música se filtra dulcemente
por nuestros oídos 

y por cada rendija del coche
hasta disolverse en la nada más absoluta.

Las veo dormir plácidamente por el retrovisor
moviendo la cabeza al compás en cada curva
y no puedo dejar de sonreír
hasta que se me hace mueca.

A cada vuelta del cuentakilómetros
el paisaje que va quedando atrás
es ya territorio conquistado.
Helada tierra quemada.

Justicia poética

Las pocas películas
que he visto en el cine
desde la adolescencia
ha sido en salas medio vacías.

La música que me gusta
raramente alcanza
los primeros puestos
en las listas de ventas.

Mis escritores favoritos
nunca serán ricos ni famosos
ni aspiran tampoco
a un sillón de la Academia.

Mi equipo ganó un par de competiciones menores
cuando yo era crío
y desde entonces sobrevive
hundido en la miseria futbolística.

Los escasos partidos políticos
a los que he votado alguna vez
nunca asaltarán los cielos
o ya no quedará nada que repartir.

Con lo que me cuesta
elegir un producto en el supermercado
y al final siempre lo acaban retirando
de las estanterías.

Definitivamente, no pienso ir al cine
ni a ver a mi equipo
ni a votar
ni a comprar nada más.

Salvo algún disco.
Me dedicaré a escribir
y a esperar
la justicia poética.