lunes, 26 de septiembre de 2016

Generación Z vs. Los últimos días del verano

Llegando a los cuarenta
los amigos
ya no te cogen el teléfono.
Para una vez
que les llamas.
Fumas a escondidas
de tu hija
dudando si es mejor
darle buen
o mal ejemplo.
Escuchas a una adolescente
discutir con su madre
mientras apuras tu café con hielo.
Todavía hace calor
pero se avecina tormenta.

miércoles, 10 de agosto de 2016

Carreteras turolenses



Secretos adoradores del demonio
eran los ingenieros franquistas
que os diseñaron
si es que no sois
decimonónicos o eternos 
caminos asfaltados.

Con todos los baches superpuestos
que hemos hollado
con nuestros maltrechos neumáticos
se podría hacer
una confortable y nueva autovía
sin encanto.

Recorrer los pueblos del Maestrazgo 
o de Gúdar-Javalambre
de la silenciosa y olvidada
provincia de Teruel
por esta sinuosa tela de asfalto
te atrapa sin remedio.

Ningún lugar
tan cerca del cielo.

martes, 2 de agosto de 2016

"Un año conmigo", imagen y palabra del día a día de Sarika Azu

"Trovando" # Zaragoza

Todo empezó con un paseo mañanero de finales de julio de 2015, una foto del paisaje turolense y un mensaje: "Good morning, Escucha". Y a partir de ahí, con toda la determinación del mundo y sin pretensión de ninguna clase excepto hacer algo creativo propio, un proyecto: buscar una foto y darle una frase al día durante un año. Puede parecer fácil pero no lo es. Un año después: 367 fotos, 367 frases. El resultado está en el Instagram de Sarika Azu y si hubiese que darle título sería "Un año conmigo". Juzguen ustedes mismos, o mejor, no juzguen y disfruten de las imágenes y las palabras.

"¿Despejado? Sí, pero con nubes." #Zaragoza

sábado, 30 de julio de 2016

Handle with care (todo es mentira)



Mucho o poco
da igual.
Todo es tan frágil.

Un accidente. 
Un error.
Un iluminado. 
Un cáncer. 
Una guerra. 

Sólo hay 
una verdad
y es inasumible.
Todo lo demás es la vida. 
Puedes rezar o seguir 
tentando a la suerte. 
El de omisión 
es el único pecado. 

domingo, 24 de abril de 2016

El cojonazos



Le colgaba un testículo lo menos un palmo y cuando entraba en las duchas de la mina después de la jornada de trabajo siempre se metían con él. Como no se llamaba Carlos y el otro testículo era normal no podían llamarle el de los cojones largos. Él nunca reaccionaba, así que se quedó con Juan el cojonazos. Jamás había contestado a las burlas, ni en la escuela ni en el equipo de fútbol ni en la mili ni en el puticlub. Sobre todo porque la chica de la que era cliente asiduo jamás había hecho ninguna broma al respecto, ni tan siquiera un solo comentario o una media sonrisa maliciosa. Pero aquella noche por primera vez en varios años no estaba la Loli y aquella puta, de la que no sabía ni siquiera su nombre, se ensañó con él. Irónicamente, se la habían presentado como la comeanchoas por su prominente mandíbula y por cuestiones laborales que le parecían evidentes. Juan había bebido mucho aquella noche, como de costumbre, y enfiló rumbo al camastro riendo a carcajadas con esa broma. Cuando la policía lo detuvo una hora después confesó más de diez asesinatos, todos cometidos esa misma noche y con sus propias manos: cinco mineros, cuatro soldados, tres compañeros de pupitre, dos profesores y una prostituta. 

miércoles, 30 de marzo de 2016

Sola con hielo


Foto: Sarika Azu

Son ya varias veces las que me he fijado en ella, siempre sola, bebiendo y fumando en terrazas y bares, siempre bebidas de alta graduación alcohólica, solas con hielo. Nunca cerveza o vino, una tónica u otro refresco que mitigue el contenido alcohólico del vaso. Nunca acompañada. Siempre a solas. Nunca acompañada su bebida tampoco. Siempre fumando puritos tamaño cigarrillo. No me refiero a esos cigarrillos sabor chocolate o vainilla con papel coloreado sino a auténticos cigarrillos de tabaco puro. Mi padre llama a esos purillos señoritas. Miento, un día la vi con el Santo Bebedor. Eran la pareja perfecta, los Bonnie and Clyde del alcohol. Nunca más los he vuelto a ver juntos. Siempre, excepto aquel día, leyendo o escribiendo, o ambas a la vez. Leyendo libros o revistas o al menos el periódico, o escribiendo con pluma en un cuaderno o diario. Mirando a su alrededor y escribiendo en el papel. Imposible no fijarse en su progresivo deterioro, su pelo cada vez más blanco, sin teñir. Su piel cada vez más enrojecida y más apagada, sin brillo alguno. Su mano cada vez más huesuda y acartonada sosteniendo el cigarrillo o el vaso, o ambos a la vez. Nunca la he visto borracha, siempre el gesto serio independientemente de la estación del año, sin importar si era el sol o la lluvia la que inundaba la calle más allá de la sombra de los árboles o de los parasoles salvadores. Sólo aquel día excepcional sonriendo. No sé por qué se castiga tan duro el hígado, no sé qué secreto esconde su constante e indisimulado deterioro. Dicen que los escritores hacen eso, inventar las historias que hagan falta. Quizá la más terrible sea que no haya ningún misterio. 

jueves, 17 de marzo de 2016

El tiovivo


Subo a Julia
entusiasmada
al tiovivo playero.
Durante una vuelta,
y otra, y otra más
se queda atrapada
por las luces, los dibujos
y todo el mundo girando
a su alrededor.
Pero al final
ahí están sus padres
otra vez y otra más.

No es muy distinto
a nuestras vacaciones.
Una y otra vez
hay que volver.
De momento,
no he tenido el talento
suficiente
para bajarnos del tiovivo.
No desisto
aunque no lo parezca.
Aún no es tarde, 
sobre todo para ella.

miércoles, 9 de marzo de 2016

El viaje a ninguna parte



No recuerdo qué años tenía pero era crío e íbamos en coche al pueblo como todos los fines de semana. Mi hermana iba detrás de mi madre y yo detrás de mi padre, que conducía, como siempre. De repente, me acerqué al asiento y le tapé los ojos con mis manos durante unos segundos. No le hizo ni puta gracia, os lo puedo asegurar. Mi padre llevaba unas gafas de sol a lo Cobra, de las que se llevaban entonces, y no pude ver sus temibles ojos azules pero estoy seguro de que si no hubiésemos ido en marcha hubiera sido la primera vez que mi padre me zurrase. No tengo ni idea de por qué lo hice pero creo recordar que sonreía mientras le tapaba los ojos. Quizá simplemente fue una broma fallida o quizá quería demostrarle que no lo tenía todo tan controlado como él pensaba pero no lo sé, no lo recuerdo.

sábado, 27 de febrero de 2016

Dos microrrelatos


Calle de los poetas
En Zaragoza hay tantos poetas que vivimos dos en una bocacalle de Corona de Aragón. Salgo a fumar a la terraza como mi “colega” sale a pasear al perro. Un día vi cómo salía de casa hacia su coche, aparcado frente a la puerta de mi bloque. Al llegar a la altura del mismo, se quedó paralizado un instante como mirándolo fijamente, estiró el brazo y recogió lo que parecía un trozo de papel del limpiaparabrisas delantero. Lo leyó y levantó la vista hacia las ventanas de los edificios de alrededor, inquieto, como buscando a alguien. Retornó su mirada sobre el papel y lo volvió a leer, pasándose una mano por la cabeza con la que acabó tapándose la boca. Apuré mi cigarrillo y entré en casa. Aquello ya no iba conmigo.  


Izquierda / Derecha
Postrado ya en una cama de hospital, mi abuelo José García me contó por última vez aquella historia del Frente de Aragón mientras se aferraba con fuerza a mi mano. El camino les había llevado hasta el pie de una pequeña loma lo suficientemente grande para no poder ver lo que había al otro lado. El oficial que lideraba su pelotón, el comandante Manzano, con buen criterio, los dividió en dos grupos. La mitad de los hombres iría por el lado izquierdo de la colina y la otra mitad por el derecho. A los que fueron por el otro lado, nunca más volvieron a verlos. Escuché las últimas palabras de mi abuelo: -Esperadme, voy con vosotros…, a la vez que su vida se extinguía entre mis dedos.

Próximamente, nuevo número de CdP dedicado a Manuel Vilas

Este programa de radio es la base sonora de un artículo titulado "Pecado de omisión", próximamente en el número 8 de la revista literaria en Internet, Caminos de Pakistán, dedicado de nuevo a Manuel Vilas tras más de diez años. Vilas rocks!

domingo, 21 de febrero de 2016

(Des)hacer el amor



Dice un bestial poeta del rock
que nada hay más triste
que el amor
cuando se empieza a deshacer.

Pero no se puede
deshacer el amor.
Volver a ser virgen.
Volver a enamorarse
por primera vez.
Dejar de ser padre.

Se puede
cambiar de pareja.
Volver a estar soltero.
Huir de tus hijos
o que tus hijos huyan de ti.
Pero no se puede
deshacer el amor.

Texto ganador concurso del blog "Cintas de archivo" sobre "Loaded" de The Velvet Underground

El premio: flexidisc demo Rock & Roll y periódico especial. 

La primera vez que cayó Loaded en mis manos fue en la caja con toda la discografía y outtakes de la Velvet Underground en una tienda de alquiler de cd’s. Eran tiempos pre-internet y de no poder comprar discos porque estaba estudiando.
No sé por qué de toda la discografía de la Velvet empecé por Loaded y me grabé una cinta que obligaba a escucharla hasta a mis padres en los viajes en coche. Creo que sería porque había escuchado ya Sweet Jane alguna vez. Luego escuché el resto y hay discos que me gustan igual o más que Loaded, aunque sería incapaz de elegir un disco preferido de la Velvet, todos me gustan mucho pero a Loaded le tengo un aprecio especial por ser el primero y por contener joyas que he escuchado miles de veces como Oh! Sweet nuthin, New age e incluso Who loves the sun, además de sus dos hits indiscutibles, Sweet Jane y Rock & roll.
Como el propio Lou decía hablando de Sweet Jane la magia del rock & roll es que no hacen falta más de tres acordes para hacer una canción genial. Por eso el rock & roll siempre vivirá.
Hoy en día cada vez que cae un disco de la Velvet o de Lou en mis manos, no me puedo resistir y es del músico del que más discos tengo con diferencia así que me encantaría contar con este disco en mi colección y ponerlo a girar en el tocadiscos de Radio Topo en Hijos del Agobio donde los viernes de 20 a 21 le hincamos el diente a discos de vinilo en nuestra sección “amordiscos”.

sábado, 30 de enero de 2016

4 pQemRs (máx. 250 caracteres)

Para los que no tenéis, no queréis o no os queda espacio en el smartphone para una app de lectura de códigos QR...



¿Dónde están mis amigos? 
Currando
criando
pagando
hipotecas varias.
Exactamente
igual que yo.

No soy un héroe (pero)
Me molesta enfrentarme
a las cosas.
No tengo enemigos (creo).
Nunca encarnaré la lucha
entre el bien y el mal.
No tengo agallas
ni ganas de hacerlo.
Al menos
hasta que tú me lo pidas.

Caminantes
Es verdad que no parecemos hombres. Y eso que la mitad ya somos padres. Uno de nuestros antiguos profesores dijo que podríamos volver a meternos sin problemas en alguna clase de la facultad. ¡Ay el tiempo, ya nada se comprende!

Morir de amor revisited
Mi primer paquete de cigarrillos fue un Fortuna, los mismos que ella fumaba. Quería saber a qué sabían sus besos.
Mi primer móvil fue para hablar con ella. Había jurado que nunca compraría uno y he llegado incluso a besarlo.